El derecho a la diferencia

Y mientras el mundo se globaliza, mientras conocemos qué ocurre en cada punto del planeta con un solo clic, mientras la tecnología va conquistando cada rincón, mientras podemos viajar al lugar más inesperado, y a ese otro, y a ese, y al de más allá, mientras nuestras calles se llenan de gente de todos los géneros, de todas las razas, religiones y culturas, mientras luchamos por la igualdad, conseguimos justo eso: igualdad, series, patrones, que esta plaza colorida de personas se encuentre del mismo modo en cada lugar, que cada uno se compre la ropa en el mismo sitio, beba lo mismo, coma lo mismo, escuche lo mismo, tenga los mismos valores y quiera disfrutar lo mismo.

¿Implica la igualdad indiferenciación? ¿Implica la globalización desculturización?

La igualdad es un derecho, ¿qué hay del derecho a la diferencia? ¿a no ser como los demás? ¿qué hay del derecho a ser pequeño, único, irrepetible?

Creo que una sociedad globalizada necesita reivindicarse a sí misma como un conjunto de diferencias, mismos derechos y mismos deberes pero ninguna norma para la singularidad, ninguna barrera para la creatividad ni que tape la libertad de expresar la paz propia, su utopía.

Quiero calles coloridas sin modas ni patrones, quiero gamas de colores, que me sorprendan las esquinas. Quiero personas no procesadas industrialmente sino hechas a mano, a su propia mano, a la ajena, a la de los años, a la de la experiencia que dan un par de ojos, un par de oídos, un gusto, un olfato, un tacto.

Quiero que nunca quieras ser como los demás, que no me digas nunca que quieres ser como todos, que nadie pueda fabricarte y repetirte.

Quiero que seas siempre como ninguno, como ninguna.

@suahuabs

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