Por el miedo a equivocarnos

Lo más importante que uno puede tener es la confianza en sí mismo, lo más valioso. Quien cree en sí mismo puede proyectar todo lo que es hacia fuera y convertirlo en algo más bello. Transformar la pasión en acción requiere esfuerzo y perseverancia, pero también confianza. Y autoestima para valorarlo, para tener la humildad y hacerse valer.

Pero no todos todo el rato tenemos esa suerte.

Hay veces que el amor se nos pierde, que nos lo roban, que nos borran en el ser, que nos ahogan y nos entierran. No hay nada que más rabia dé a un ego que una autoestima. Porque la autoestima es sentirse bien consigo mismo, es quererse, perdonarse, entenderse y cuidarse. El ego es verse mejor que otros. El ego es a veces la lucha de la inseguridad y la exigencia que envidia la humildad. ¿Cómo puede sentirse bien y yo no? ¿Es acaso superior? El ego inventa y crea enemigos ficticios, crea rangos y escalas, varas de medir y eslabones. Los crea porque no conoce, ni sabe, ni acepta que su sitio es el mismo que el de cualquier otra persona. Y por eso etiqueta, y halaga e insulta, degrada y eleva a sus anchas.

Hay personas que tienen la suerte de no tener ego, de no cultivarlo, de no tratar con él. Personas que no necesitan afianzarse en cosas externas, personas que son. Y punto. Son personas buenas, personas con luz. A veces, llega un ego y se las carga. Otras se juntan en su humildad y se defienden.

¿Sabes? No dejes que te machaquen los egos. Ni el tuyo, ni el ajeno. Si el tuyo te hace sentir envidia, compréndete, compréndelo. No es fácil pero eres la única versión de ti mismo, única e irrepetible. Tú tienes el poder de decidir acabar con él, minimizarlo, y dejarte ser. Si te ahogan egos ajenos, sé consciente y rescátate. Existen las personas seguras, y con luz, y bellas. Existen las personas claras, las que quieren y se quieren, las que son generosas. Existen las personas que dan y que sonríen. Y si eres una de ellas, está bien. No tengas miedo a equivocarte. Sigue ese camino escrito en tu corazón, el que tu intuición te da sobre ti mismo. No dejes que te digan que eres simple o insensato, que eres apático o irreal. Los egos no lo entienden, no dejes que te hagan dudar, porque habrán ganado.

Sé fiel a ti mismo. Aprende. Pero confía en ti. Y cuídate. La humildad es un valor, no una tapadera. No dejes que te digan lo contrario, que los que no se lo creen, los que aun no pueden, tapen tu ser. No te dejes.

Tienes suerte. Vívela. Es la mejor manera que tienes de agradecerla. Utilízala. Y si un ego te condena, si quiere que sigas su corriente, que trates como él, que sigas el patrón y la norma anormal, que pienses y sientas en su caja. Que vivas su definición de libertad, de amor, de respeto. No caigas. Por favor, no lo hagas. Vuelve a ti. No temas equivocarte. No tienes que justificar no ir en la corriente. No tienes que pedir perdón por tu bondad. Vuelve a ti y sé.

Los buenos lo tienen crudo en este mundo. Pero se les necesita más que nunca. Nunca sigas la corriente por el miedo a equivocarte. Nunca te alejes de lo que valoras por el miedo a equivocarte. Reflexiona, madura, usa tu libertad (que estamos en el siglo xxi) y decide.

Ya está.

Y está bien.

Porque eres tú.

Y tu luz es lo que necesita el mundo.

@suahuabs