Quién quiere taparse si aún no conoce el frío

«We must rewild the world»

David Attenborough dice en el documental Our planet que la única solución es devolverle al planeta lo que le hemos quitado: la biodiversidad. Para ilustrar mejor la manera de conseguirlo, propone el concepto «rewild» y es una palabra que me encanta. Me gusta porque pienso que también se puede aplicar a los humanos. Podríamos traducirlo como: volver a ser salvajes.

Ser salvaje es estar más unido a la intuición, a la naturaleza propia, a los instintos, a la tierra. Ser salvaje es ser a veces impredecible, es vivir en la incertidumbre, es depender más de la suerte, es estar más presente, es que cada día sea una conquista consciente.

Igual que hemos arrebatado la biodiversidad a los ecosistemas, también nos hemos arrebatado a nosotros mismos la libertad de ser.

Un ser salvaje es digno y también puede peligroso.

Un ser salvaje no es predecible usando un algoritmo.

Un ser salvaje explora, ansia, ama, vive.

Me revienta porque es cierto que los adultos en sociedad nunca me han caído bien. Pero los niños… ay los niños. Nos estamos cargando a los niños. Les estamos robando el derecho a ser salvajes, a probarse.

Ahora todos los juegos son educativos.
Todos los regalos son para que sea más listo, más adecuado.
Las nuevas corrientes de educación moldean ciudadanos.

Qué asco, joder. Qué puto asco.

Los niños son niños. Dejadlo en paz.

Y los niños tienen que ser salvajes: atrevidos, sinvergüenzas, provocadores, gamberros.

Yo fui una niña obediente y cauta.

Yo fui una niña que nunca dio problemas.

Ahora no lo soy, ahora los estoy dando.

Por eso creo que mi psicóloga me dice que he vuelto a la adolescencia.

Me gusta escribir. Y quiero escribir gamberradas, quiero escribir guarradas, quiero ser incorrecta, incauta, impaciente, irresistible.

Quiero escribir lo que me salga de las entrañas.

Glennon Doyle en su libro Indomable pone un ejemplo al principio que habla de una hembra de jaguar domada en un zoo para perseguir un conejo y entretener a los visitantes. Es fácil correr todos los días y conseguir cazar al conejo. Pero ¿qué sentido tiene la vida así para un jaguar? El relato lo termina comparando al lector con el animal. Estamos jodidos porque hemos sido domados, porque estamos en una jaula de seguridades y el mundo fuera es peligroso. Pero con eso hemos perdido el sentido y con él la dignidad. El mundo es peligroso y qué. Nosotros también.

Somos salvajes, salvajes por naturaleza.

Hay un auge de las enfermedades mentales porque cada vez estamos más separados de nosotros mismos. Antes el ser humano no podía «seguir sus sueños» porque se limitaba a sobrevivir, pero en la supervivencia estaba cerca de su propio ser, de las necesidades de su propio cuerpo, de su instinto. Ahora tenemos autoayuda porque estamos hacinados y resignados. Porque no hemos puesto el progreso a favor de lo humano, si no a favor del dinero. El progreso por el progreso. Porque somos piezas en la construcción del mismo.

Somos piezas.

Hemos sido domados.

Yo quiero ser salvaje.

Jodidamente salvaje.

Quiero dejar de prevenir el miedo para sentir el miedo para encarar el miedo.

Quiero conectar, quiero escribir, quiero ser.

@suahuabs

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