Ter hizo subió su primer vídeo diciendo que estaba cansada de no ser youtuber, que ella siempre había sido youtuber. Ser youtuber no es solo hacer vídeos, es cómo miras la vida para luego contarla.
A mí me pasa igual. Con los artículos.
Llevo desde los 12 años leyendo religiosamente a Pérez Reverte los domingos, y esa libertad de detalles, de anécdotas, recuerdos, citas, odios y risas, picardía y moralismo, siempre me ha atraído.
De pequeña quería ser como él: vivir, hacer novelas y tener algo que decir cada semana. Que me leyeran con un par de tostadas con tomate y un zumo de naranja recién exprimida. Contar algo bello, divertido, criticar, dar esperanza o quitarla. Tener una mirada propia del mundo.
Y desde que tengo ojos, soy columnista.
Soy columnista porque tengo una libreta donde apunto cada frase que oigo, cada curiosidad que veo. Porque narro en mi cabeza las cosas que hago, porque pienso cómo se contaría mejor esta u otra situación. Porque de un detalle me sale un conflicto, una historia.
Soy columnista porque lo leo todo, incluidas las instrucciones del bote de champú.
Soy columnista porque en los museos me miro los idiomas paralelos en los que están descritos los cuadros, para ver cómo expresan las cosas distintas. Claro que los cuadros me suelen interesar menos que lo que se dice de ellos o de cómo se concibieron (ya estamos con las historias otra vez).
Soy columnista porque cuando la gente habla, la escucho, porque me invento por qué dice lo que dice.
Soy columnista porque adoro las frases célebres.
Soy columnista porque paladeo continuamente las cosas, a ver si suenan bien, como si fuera la voz de Aarón en Poesía exterior.
Soy columnista porque, para qué negarlo, me gusta sentar cátedra (aunque sea de lo poco que he aprendido), que se me escuche, porque creo que tengo cosas que decir, y a los columnista se los lee y se los mira como si fueran gente importante. Me gustaría que me miraran así.
Soy columnista pero no tengo una columna.
Todo se andará…
suahuabs 