Todavía no he encontrado la palabra perfecta.
Hace unos meses pensaba que quería dedicarme a la ficción. Y así lo escribí en mi diario. Pero no es cierto, a lo que de verdad quiero dedicarme no es a la ficción, sino a la distensión.
GH Hardy estaba orgulloso de no ser productivo para la sociedad.
JL Sampedro decía que ya sabía de qué iba el mundo, y que no le interesaba lo más mínimo.
Es algo así.
Me quiero dedicar a esa parte del ser humano que hace más bella su existencia, que la hace más plena, que le da paz. Quiero dedicarme a algo que esté más cerca de la risa, del amor del ser humano, lo más cerca posible. Quiero dedicarme al disfrute, a lo que llena el alma, a todas esas cosas que no pueden no sacarte una sonrisa.
¿Sabéis?
Siempre me ha gustado que mis historias fueran bonitas, con algo divertido, con algo triste pero con esperanza. Últimamente solo escribo dramones, porque creo que tengo la necesidad de sacar algo de mí, y hasta que no salga no voy a pasar de fase. Pero no me gustan. No me gustan porque no tienen nada de esperanza, nada de risa, porque después de leerlas me quedo más en tensión de lo que estaba. Yo quiero hacer esas historias con las que te ves obligada a abrazar los libros, que los relees una y otra vez.
Quiero hacer historias para niños de esas que el libro acaba con las pastas dobladas y las páginas se salen de tanto sobarlas.
Quiero hacer historias que hablen de la vida, de los detalles.
Quiero volver a mi esencia en el colegio, en el instituto. Cuando desde mi asiento observaba el mundo y me maravillaba.
Quiero escribir cosas bonitas, joder.
Quiero escribir cosas que muevan. Que exciten, que hagan pensar.
Quiero escribir cosas que nos hagan más humanos, que celebren la humanidad, cosas que abracen, que sean almohada, manta. Que sean una tarde de verano.
Eso no es solo ficción.
Eso es distensión. Aflojar, relajar, disminuir.
Hacer que el mundo sea más habitable.
Habitable de hogar. Que no tiene nada que ver con cómodo, pero sí con paz, con espacio seguro.
Soy una optimista empedernida.
Y quiero pasármelo bien.
Quiero escribir, sentir, vivir, respirar.
Ya hay mucho drama en el mundo. Quiero dedicarme a que en medio de la tensión que produce el drama, alguien pueda soltarse y llorar, desahogarse, ser abrazado y acabar riendo.
Quiero hacer llegar a ese alguien que, como dice Saurom, antes de morir hay vida. Y es hoy.
suahuabs 