En llamas

La ciudad donde nací
(si es que puede llamarse ciudad)
tiene hoy el cielo de color naranja.

Literal.

Y me da miedo.

Admito que he renegado a veces
de la cutrez
del acento
de los paseos entre bancales
del olor
de las pocas expectativas
de lo pequeño
del fanatismo
de los desastres naturales que le tocan
que son un par
(ahora con este cielo
serán multitud).

No estoy allí.

Claro.

Yo estoy en Madrid
que es mucho más cool
más abierta
más invisible
más hueca.

Aquí estoy bien.

Me gusta poder pasar tiempo sola
mezclarme con la gente
no conocer a nadie
que haya árboles
y risas
y niños
y gentes queer.

Pero
mientras
mi ciudad tiene el cielo naranja
y cada vez es más insegura.

Nos vamos
porque no es perfecta
y dejamos de cuidarla.

Y así
los empresarios la embisten
las tiendas pequeñas cierran
los niños vacían los institutos públicos para llenar el único colegio privado
el ayuntamiento pone focos multicolores al castillo.

Se muere.

Realmente no.

Se pudre.

¿Tenemos responsabilidad sobre el lugar en el que hemos nacido?

Lo que me da realmente es pena.

Mis raíces están ahí.
A veces
me gustaría que mis hijos fueran todos los domingos al mismo parque que iba yo.

Pero ya no es el mismo parque
porque ahora está menos cuidado
por nosotros
que la estamos abandonando.

¿Cómo se hace para volver
al lugar
del que renegaste
y que rechazaste?

¿Volver al lugar del que eres es volver a ti?

¿O eres tú gracias a que te fuiste?

Hoy mi ciudad tiene el cielo naranja
y yo siento mi interior en llamas
porque de pronto
quiero a ese lugar
quiero que no le pase nada
quiero que siga siendo feo y bonito
quiero que crezcan en él otras generaciones
pero tiene el cielo naranja
¿quién va a querer vivir en un sitio así?

¿Por qué los humanos nos asentamos en cualquier lado?

Siempre he sido un poco desarraigada,
pero, ahora,
me da pánico
pensar
que ya no elijo yo salirme del tiesto
que si no lo abonan
(si no lo abono yo)
se secará la tierra
se deshará
se hará polvo.

El desarraigo es como la soledad.

Está bien si es elegida.

No está bien
si alguna vez
quisieras volver
y entonces
de pronto
tu raíz
no existe.

Ardió.

Y tu pasado son solo cenizas en una urna
de cerámica
negra
tras las llamas.

@suahuabs

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